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martes, 16 de agosto de 2016

Bibliografía

Bibliografía

Laplumaeneltintero´s. (2010). Abraham Valdelomar.
 (Deperu, 2010)
(Diarioinca, 2007)


Hebaristo El Sauce Que Murió De Amor

Hebaristo El Sauce Que Murió  De Amor


Evaristo Mazuelos, el farmacéutico de P. y Hebaristo, el sauce fúnebre de la parcela eran dos vidas paralelas, dos ojos de una misma y misteriosa y teórica cabeza, dos brazos de una misma desolada cruz, dos estrellas insignificantes de una misma constelación.

Mazuelos era huérfano y guardaba al igual que el sauce, un vago recuerdo de sus padres. Así como el sauce era árbol que solo servía para cobijar a los campesinos a la hora cálida del medio día, Mazuelos solo servía en la aldea para escuchar las charlas de quienes solían cobijarse en la botica.

Y así como el sauce daba una sombra indiferente a los gañanes mientras sus raíces rojas jugueteaban en el agua de la acequia, así él oía con desganada abnegación, la charla de los otros, mientras jugaba, el espíritu fijo en una idea lejana, con la cadena de su reloj, o hacía con su dedo índice gancho a la oreja de su botín de elástico, cruzadas, unas sobre otras, las enjutas magras piernas.

Mazuelos estaba enamorado de Blanca Luz, hija del juez de Primera Instancia, una chiquilla de alegre catadura, esmirriada y raquítica.

Si Hebaristo, el melancólico sauce de la parcela en vez de ser plantado en las afueras de P., hubiera sido sembrado como era lógico, en los grandes saucedales, su vida no resultaría tan solitaria y trágica.

Aquel sauce, como el farmacéutico Mazuelos, sentía, desde muchos años atrás. La necesidad de un afecto, el dulce beso de una hembra, la caricia perfumada de una unión indispensable. Envejeció Evaristo, el enamorado boticario, sin tener noticias de su amada Blanca Luz.

Envejeció Hebaristo, el sauce de la parcela, viendo secarse, estériles, sus flores en cada primavera. Solía, por instinto, Mazuelos, hacer una excursión crepuscular hasta el remoto sitio donde el sauce, al bordo del arroyo, enflaquecía. Sentábase bajo las ramas estériles del sauce y allí veía caer la noche.

El árbol amigo que quizás comprendía la tragedia de esa vida paralela, dejaba caer sus hojas sobre el cansino y encorvado cuerpo del farmacéutico. Un día el sauce esperó vanamente la llegada de Mazuelos.

El farmacéutico no vino. Aquella misma tarde el carpintero de P.… enviado por el dueño de la “Carpintería y confección de Ataúdes de Rueda e Hijos”, llegó con una tremenda hacha y taló el sauce. Por la misma calle venían juntos el sauce y el farmacéutico, ahora si unidos para siempre. El sauce sirvió para el cajón del farmacéutico.

El alcalde municipal del pueblo, tomó la palabra en el cementerio: “aunque no tengo las dotes oratorias que otros, agradezco el honroso encargo que la sociedad de socorros Mutuos a depositado en mí, para dar el último adiós al amigo noble y caballeroso, al empleado cumplidor y al ciudadano integérrimo, que en este ataúd de duro roble”… y concluía: “Mazuelos tú no has muerto. Tu memoria vive entre nosotros. Descansa en paz”.

Al día siguiente el dueño de la funeraria, lleva al señor Urzueta una factura por un ataúd de roble por 18.70 soles.

El alcalde reclamó airadamente que el ataúd no era de roble sino de sauce.

El señor Rueda le dijo que era cierto; pero que entonces como se vería en su discurso la frase “duro sauce” en vez de “duro roble”. El alcalde pagó sin chistar.

Oración A La Bandera

Oración A La Bandera



Hija de San Martín y nieta de Manco Cápac, madre de Grau y Bolognesi, en la hora magna de la libertad, bajo la paz del cielo claro y convexo, ante la cruz de la religión y ante la espada del heroísmo, ante la legión infantil que venera y canta, yo.

niño aun, que seré mañana joven y fuerte, en nombre de las naciones en primavera, te hago el voto de mi vida en flor y te saludo

¡ Oh bandera, ala de la victoria, alma y sustancia de la libertad, símbolo augusto de la patria libre

!Bendita seas porque en tus rojos pliegues esta la sangre de mi sangre, la sangre de mi padre y de mi madre, la sangre de mis abuelos, la sangre que por ti derramaron todas las generaciones;

benditas seas porque pensando en ti, los niños nos haremos más buenos; porque viendo en extraña tierra tu imagen, sentiremos el beso de la madre, el beso de la hermana, el afecto lejano y el bienestar distante; bendita seas porque tu encarnas el ideal sobre la tierra; porque tú eres el ideal mismo hecho ala en el viento y pliegue bajo el azul del cielo.

Por qué fuiste ave con Chávez, pujanza con Elías Aguirre, ala con Ugarte, sudario con Grau, anhelo con Túpac Amaru, idea con Unanue, músculo y nervio con zela, gracia con Palma, música alada con Chocano.

¡Malditos sean los que no siguen tus colores, malditos sean los que no te adoren de rodillas, malditos sean los que no sueñen con tu grandeza!



Cuentos yanquis

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 El círculode la muerte, cuya primera versión se titulaba El suicidio de Richard Tennyson 
Tres senas, dos ases

Cuentos exóticos

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El palacio de hielo
La virgen de acera

Cuentos Incaicos

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Los hermanos Ayar
El alma de la Quena
EL alfarero
El camino hacia el sol
El pastor y el Rebañode nieve
Los ojos de los reyes, cuya primera versión se titulaba Chaymanta Huayñuy ( mas allá de  la muerte)
Chaymanta Huayñuy, cuya primera versión se titulaba El hombre maldito
El cantor errante

Cuentos humorísticos

Cuentos humorísticos

La tragedia en una redoma
La historia de una vida documentada y trunca
La ciudad sentimental. Un cuento, un perro y un salto
Breve historia veraz de un pericote
Mi amigo tenía frío y yo tenía un abrigo cáscara de nuez
Almas prestadas. Heliodoro, el reloj, mi nuevo amigo.